Un lugar modesto pero elegante, mesas acomodadas de manera que dan la impresión de amplitud y una excelente atención son la fórmula secreta para hacer que este restaurante siga brillando durante 16 años.

Una buena primera opción es el antipasto de ensalada de salmón: salmón a la parrilla con calabazas, tomates cherry y espárragos. Una entrada ligera y sin grasa ni fritos.

Si quieres empezar con sopa, decídete por el super rico minestrone (sopa) de cebolla, coronado con un crouton de queso. Si ya quieres comer pasta, el lugar te ofrece opciones bien cuidadas y exquisitamente realizadas.

Una de ellas es la Farfalle Alaska: pasta con salmón fresco, flameado en vodka y un toque de crema. No creas que es demasiado vodka, así que no cuenta como trago. Eso sí, esta bien rica.

También ofrecen las conocidas pasta formaggi y la pasta bolognesa. ¿La verdad? preferimos la Alaska. Sin embargo, la estrella de la casa son los ravioles, la masa y el relleno están hechos en casa. Nada de compras apuradas en la central de abastos, aquí la masa se hace de cero y te la sirven con salsa de pomodoro. Imperdonable que no la pidas.

En esa misma gama, podemos encontrar la lasagna, los gnocchi y los más que recomendables Tagliatelle dio nettuno: tallarines con camarón, flor de calabaza, crema y jitomate cherry.

Los risottos están a la orden del día. El más vendido es el de funghi porcini: arroz arborio con hongos porcini salteados en vino tinto. Si no te late la pasta, el involtini di pollo: rollitos de pollo, rellenos con verdura bañados en salsa de albahaca es una muy rica opción.

No vale la pena describir más, te invitamos a descubrir el porqué Spiritello, vivirá unos 16 años más.