Ideal para el slow food: preparan las pizzas al momento. La rebanada de albóndigas y champiñones ($60) es imperdible. Prueba la Nosferatu ($50) con ricotta, jengibre y espinaca; se ve simple pero no lo es. O dale a la de jamón serrano, mermelada de cebolla y arúgula ($55), y cierra con la Henri ($55) de pepperoni y tocino. Dos pedazos pueden ser suficientes, pero hay que saborearlos; cuatro hacen la pizza completa. Dale una oportunidad a la ensalada de la casa ($60). Tienen chelas importadas: sí mereces una Hoegaarden ($60).

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