La Narvarte es una de esas colonias que admiramos, no sólo porque esta bien bonita y bien cuidada, también porque es de esas colonias que te dejan con ganas de descubrir más. Además, cuenta con una buena variedad de restaurantes que hacen de las delicias de los moradores de la zona.

Obviamente, los restaurantes gourmet rara vez son económicos y por eso hallazgos como Piloncillo y Cascabel son tan celebrados. Un lugar pequeño, acogedor, pero elegante. Una renovación que se realizó hace poco, incluyó un refresh de la imagen así como de las mesas, de modo que ahora estamos ante una nueva cara y ante un nuevo menú.

La tirada de este lugar es clara: buena comida a precios accesibles. Su equipo hará todo lo posible para hacerte sentir como en casa pero con bocados de primer nivel. Su menú no puede ser más variado porque cambia todos los días, así que no esperes una reseña 100% fiel, te tocará descubrirlo por ti mismo.

El ceviche de atún es una entrada deliciosa que vale la pena probar: fresca y ligera, opción poco frecuente en La Narvarte. Si quieres algo menos light pide un risotto fungi o con salmón. Las porciones no son tan pequeñas así que no saldrás vacío.

El consomé de hongos con ravioles es una delicia al igual que la estrella de la casa: atún asado con mole de Jamaica, un plato único que sólo conocemos aquí aunque el filete de res en salsa de chocolate con metate tampoco se queda atrás en este festival de exquisitas rarezas.

El pastel caliente de chocolate oaxaqueño es el postre que debes probar si pretendes graduarte como amantes de los postres. Este lugar sorprende no solo por su precio si no también por su menú: breve y delicioso.