¿Quieres fugarte del DF, de la chamba, de las obligaciones, del tráfico, pero te da una enorme flojera salir a carretera, porque también de eso te quieres escapar? Pues ésta es una gran opción para burlar, al menos por unas horas, el ajetreo de la ciudad. Mesón Antigua Santa Catarina es una casona de Coyoacán con aire pueblerino, alejada del zócalo y de su muchedumbre.

Una cava que abarca toda la pared de la entrada hace que empieces a disfrutar desde el momento en que esperas que se desocupe una mesa. Si subes por la escalera de madera llegarás a la terraza, en donde podrás comer en absoluta calma, frente a la plaza Santa Catarina. Reserva mesa porque, como tú, ¡somos miles los que queremos huir del ritmo desquiciante de esta ciudad!

Se sirve comida mexicana y de la buena… Para entrar en calor, es muy recomendable la sopa de flor de calabaza, que lleva también espinacas, calabacitas y champiñones. El tazón es mediano, pero la sopa está muy bien sazonada y cae liviana. Para acompañar los platillos puedes pedir una cerveza o algún vino. En la bodega hay buenas opciones a precios accesibles, como un LA Cetto, un Concordia o un Terra.

Junto con la sopa puede comer algún antojito, como el chile relleno Cielito Lindo, que se sirve como botana y es un chile ancho seco relleno de un exquisito queso manchego, cebolla picada, granos de elote y champiñones sazonados con epazote. Te lo sirven sobre un espejo de frijol y cubierto con crema. La combinación de queso derretido y cebolla saltada es siempre deliciosa, y aquí, además, se agrega el saborcito especial del epazote y el chile seco, que le quita lo empalagoso.

Puedes seguir con unas crepas de cuitlacoche, una Arrachera Estilo Sonora o un Filete Santa Catarina, que es una de las especialidades de la casa. Tal vez lo más recomendable sea esto último: 250 g de carne de res tierna, gruesa y cocida en el término de tu predilección. La carne está marinada con queso manchego y va servida sobre una tortilla sofrita con frijoles acompañada de aguacate y chile chipotle. La combinación del chile con el queso es sabrosísima, y, al llegar al filete, este sabor atenúa el picante. Al final sientes el gusto del maíz de la tortilla que cierra el primer bocado. Varias sensaciones en un trozo de carne. Además, en el mismo plato van unos espaguetis con crema y jamón que te pueden salvar si te enchilaste con el chipotle.

De postre te sentirás tentado a pedir el Emperador de Coyoacán. -¿cómo no sentir atracción hacia él con semejante nombre?-. Pronto verás pasar crepas, pasteles y otros postres y seguro pensarás: “Nada se compara con mi emperador”. Pero luego de unos minutos el mesero llevará a tu mesa un platito con un poco de nieve de vainilla cubriendo un papel metálico. Buscarás dentro y darás con unos cuantos pedazos de plátano macho crudo. Lo comerás sólo por no dejar, pero bueno… finalmente encontrarás que escaparse tiene su precio.