Creado como un colectivo gastronómico ubicado en La Nápoles, Mesa Nápoles es una maravilla de lugar: amplísimo, vanguardista, formal por dentro e informal por fuera, es el tipo de lugares al que vas para cerrar un negocio, para ir a comer relajado, con la familia y amigos. Así es Mesa Nápoles, un lugar con identidad propia.

Poseedor de una soberbia terraza, este sitio guarda toda la estética de los 50 y te la sirven en bandeja de plata. En Mesa Nápoles puedes encontrar desde comida árabe hasta los típicos tacos el Farolito, pasando por una rosticería, comida del mar, una heladería…en fin, un buen de ofertas culinarias que harán que no te quedes con ganas de nada.

Como todo buen mercado gastronómico, las ofertas son competitivas entre sí: así que si tienes ganas de sólo ir por un café y una charla íntima la opción es Gato café, en donde degustaras café de distintas partes del país. Si prefieres algo más sustancioso -porque tienes hambre de verdad-  Licántropo es una apuesta culinaria segura: pizza, pasta y vino con estilo con algunos toques de comida mediterránea.

Camarón Ahogado tiene unos tiraditos de muerte súbita: riquísimos y servidos en las conchas de las almejas que sirven, súper rico, súper fresco, súper recomendado. Si tienes ganas de postre, ve a la paletería, más de 20 sabores a escoger y el helado de elote es lo que mejor se les da.

Las mentes maestras detrás de este concepto “todo en uno”, fueron los hermanos Alvires quienes invitaron a Daniel Frydman, Zahie Téllez, Luis Serdio, Bernardo Bukantz entre otros emprendedores que le dijeron sí a Mesa Nápoles. Lo genial, es que si bien la Nápoles es una colonia nutrida y llena de encanto, este lugar es un punto de encuentro obligatorio entre los amantes del buen comer y la practicidad.