Puntarena se encuentra bajo la tutela de su chef y propietario Federico Rigoletti, quien ha logrado ofrecer una fresca selección de frutos del mar con toques italianos, así como clásicos de la cocina japonesa, como sushis y sashimis. Si decides ir a comer entre semana, aguas con el tráfico en el tramo de Palmas, ya que te puede tomar hasta 30 minutos de más. El ambiente del lugar es acogedor, debido a la de decoración sencilla y contemporánea.

En fin de semana, y a la hora de la comida, puedes disfrutar un lindo día en su terraza, que resulta relajante y tiene techo de cristal, con lo cual te ahorrarás la dañina exposición al sol. Todos los meseros son muy atentos y sonrientes, además de que conocen a la perfección los platillos y sus ingredientes, por lo que no dudes en tomar en cuenta sus sugerencias.

Para empezar, la carta ofrece el pulpo rostizado con lentejas. El puro nombre de esta obra sugiere dualidad. El contraste de lo tostadito cubriendo la suave carne del pulpo es una invitación a no terminar el platillo de una mordida. Esa saladita y crujiente sensación, combinada con el tierno pulpo, cuyo sabor enmarcado con el sedoso sabor del aceite de oliva y su dejo de limón, hace de este plato una armonía de sensaciones. Pero esto no acaba ahí, pues puedes armar el perfecto bocado poniendo una camita de lentejas bajo el pulpo. Mmm… un verdadero placer, un festival de sabores.

Para seguir, la recomendación es el risotto al azafrán. No es fácil lograr un risotto fuera de Italia. Se requiere de talento para encontrar el punto justo y la consistencia perfecta. A continuación puedes elegir el fresco y discreto sabor del incondicional Mozzarela de Búfala, cuya principal virtud puede ser la de no robar la atención del delicado acento que proporciona la trufa, que sella con determinante sabor este platillo que es una garantía.

Para el postre, el pachugo definitivamente te robará el aliento. Y es que las mejores experiencias están ligadas a la infancia: ¿Quién no recuerda la sutil dulzura del merengue, pero sobre todo la textura crunchy de “mírame y no me toques”, que al mezclarse con la crema contrarresta las posibles caras y gestos que se producen al morder las frutas del bosque?

Puntarena es una clara muestra de que el arte culinario italiano sabe explotar los sabores de los frutos del mar para ponerlos armoniosamente en la boca de los chilangos más exigentes. Dale una oportunidad a Puntarena y verás que no te decepcionará.