La cocina japonesa tiene muchos adeptos en nuestra querida ciudad, y es que además de saludable también es bastante rica y hay quienes como nosotros, no somos grandes fanáticos de las cadenas de comida japonesa. Sí, aquellas que hacen que, de alguna manera, todos sus rollos de sushi sepan igual. Ahora bien, a pesar de que tampoco nos sobra el varo para ir a lugares (ohlala) tan finos, de vez en cuando vale la pena ahorrar un poco y darse ciertos gustirijillos.

Makoto es un lugar en donde el diseño contribuye a darle un toque especial en vez de devorarlo: dos barras enormes, una de sushi y otra de cócteles y un soberbio mural son los elementos que distingue esta propuesta de otras.

Aunque sin duda es el menú el que hace que todos nos enamoremos de Makoto. El chef Makoto Okuwa concibió este lugar como un laboratorio creativo donde pudiera presentar todo lo que aprendió a lo largo de su carrera, por eso vemos platos tan sugerentes como creativos. Ni dako carpaccio: es una forma creativa de presentar el conocido carpaccio, este plato es de pulpo al vapor, aceite de curry y alcaparra crujiente. Delicioso de principio a fin.

Es solo la entrada, los makis si bien tienen fusiones con ingredientes mexicanos (fusiones a las que le tenemos un poco de reserva). Aquí el balance de sabores hace que no pierdan ni un poco de tradición. Así que aquí te van las sugerencias:

  • Lobster: rollo con espárrago, aguacate, shisom aioli de langosta y tobeko.
  • Rainbow roll: cangrejo, pepino, aguacate, atún cola amarilla, hirame y camarón.
  • Soft shell crab tempura: tobiko, aguacate, scallion, espárrago.

Todo rico y bien hecho.

Aunque lo más rico del menú, son las carnes y los pescados. Prueba el Whole fish; branzino rostizado en hoja de cerdo con un suculento y picosito chimichurri de wasabi y si lo que quieres es carne roja, pide un grilled skirt steak con puré de aguacate y jengibre. Todo es único y delicioso, además está asado al carbón. No olvides pedir un postre floral.