Parece una taquería estándar: buen bistec, longaniza, pastor; harta guarnición: nopales con cebolla, frijoles semicaldosos, salsas bien sazonadas. Pero lo verdaderamente grande es la destreza de sus taqueros, habilísimos con la espátula, el cuchillo y la tortilla voladora.

El jefe de jefes lleva por apodo “Alacrán” y es un malabarista que podría, ¡debería!, estar en la troupe del Cirque Du Soleil.