Los Chamorros de Tlacoquemécatl son una parada obligada en la gira culinaria chilanga. Los chamorros en su jugo es la especialidad, pero su menú abarca mucho más platillos de la cocina tradicional mexicana, con sabores caseros. Este restaurante tiene más de cuatro décadas alimentando no solo a vecinos y oficinistas de la Del Valle, hay gente que se lanza de otros lados nada más para saborear un delicioso chamorro al horno o unos tacos de carnitas acompañadas por salsas molcajeteadas, roja y/o verde, unas tortillas recién hechas al comal y una cerveza.

Si llegas en la mañana a Los Chamorros, también puedes desayunar unos huevos tirados o al gusto, quesadillas de flor de calabaza, chicharrón prensado, huitlacoche, hongos o queso, y también hay varias opciones de guisados, como el chicharrón en salsa de dos tomates. Su café de olla cae perfecto para terminar de despertarse. Tanto en el desayuno como en la comida todo es a la carta. Aquí no hay paquetes, pero los precios son accesibles, así que no hacen falta.

Por la tarde, las sopas se antojan, la sopa luz, por ejemplo, es de consomé de pollo con garbanzos, arroz, huevo cocido y aguacate; hay sopa de haba, de fideo aguada y de fideo seco con salsa de chile chipotle y queso parmesano. Para el plato fuerte, sus puntas de filete y el mole de olla son míticos. Los chiles en nogada, en temporada, valen la pena. Y por supuesto puedes pedir un chamorro para taquear ($145), pero vale la pena probar los guisados, tienen muchos, te recomendamos los huauzontles y la cola de res.

Para pasar los bocados, ofrecen refrescos, aguas de frutas naturales y cerveza. Los fines de semana todavía aumenta más la variedad, e incluyen albóndigas y pancita, capaces de volver a la vida a aquellos que agarraron fuerte la fiesta la noche anterior.

Los Chamorros de Tlacoquemécatl tienen alrededor de 20 mesas, música ambiental, buena sazón y un servicio atento, lo que atrae bastante gente, por eso hay que ser pacientes, pues por lo general hay que esperar para poder entrar,  aunque no demasiado tiempo, ya que el servicio es eficiente y, de todos modos, vale la pena.