Por fuera, Limón Díaz parece un restaurante de comida rápida como los que abundan en la Zona Rosa. Pero si entras y te fijas con detenimiento, te vas a llevar una muy grata sorpresa porque lo que te propone aquí su chef Israel Pacheco es que comas platillos mexicanos contemporáneos, por sólo $149 pesos. El sistema es muy fácil, es el clásico de cualquier fonda de comida corrida. Escoge una sopa, un plato fuerte, dos guarniciones y agua fresca.

Lo fascinante está en los detalles, pedimos un aguachile rojo que, tanto por su presentación en jícara como por su sabor e ingredientes (rábano negro, rábano sandía y brotes), juraríamos que podrían servirlo en cualquier restaurante mexicano de lujo. Los postres cuestan extra, pero si tienes suerte (porque también los cambian frecuentemente) puedes probar su pay de limón con galletas Marías o el arroz con leche, en ambos casos, acompañados de un rico café mexicano tostado por Buna.

Si nada de esto ha convencido a tu corazón chilango, por la mañana hay en su carta tres palabras mágicas que te harán cambiar de parecer: torta de chilaquiles. Obvio, también preparan omelettes, hot cakes, enfrijoladas, molletes y todos los básicos para comenzar el día.

Aquí la comida corrida se convierte en experiencia digna de Chef’s Table. Escoge la sopa de lentejas con tocino y plátano macho ($46), síguete con un aguachile rojo ($80), súmale dos guarniciones: champiñones con quelites y frijoles de la olla ($35 cada uno) y acompaña con agua de piña y romero ($18). Si sumas todo, te da $179, pero la matemática del paquetazo te lo deja en sólo $149. Ya si quieres darte un lujo, pide un postre y súmale $45. De beber, ofrecen aguas de frutas naturales con poca azúcar y refrescos.

Detalle curioso: en sus muros aprecias imágenes del limón y también su color predomina en el establecimiento, donde abundan las maderas naturales, y es que para los propietarios es importante que los comensales se sientan relajados y contentos de estar ahí.