Ok, de acuerdo. Los vikingos no son sólo habitantes del norte de Europa con cascos provistos de cuernos (usados únicamente durante ciertas ceremonias) barcos remados colectivamente y un buen sistema naval. También eran poseedores de una excelente gastronomía que ha llegado hasta nuestros días.

Pero no aquí, La Parrilla Vikinga debe su nombre por el tamaño de sus porciones no porque tenga que ver con la comida de los antecesores de los actuales noruegos. Fundada en 1982 y con capacidad de menos de 100 comensales, actualmente tiene una capacidad de 240 comensales y un parque infantil.

Si bien tiene un servicio de buffet respetable, aquí vamos a hablarles de las especialidades que llenan el corazón (y el estómago) de sus fieles visitantes; una de sus especialidades es el molcajete mixto: bistec, chuleta, pechuga, chorizo, chicharrón, tocino, nopal, queso, cebollitas cambray, rajas y rábanos. Un deliciosa opción si buscas compartir.

Si quieres algo más individual ¿por qué no probar un pollo a la parrilla? 180 g de pechuga aplanada con ensalada y frijoles refritos con totopos. Los chilaquiles con carne asada son otra de las delicias que puedes probar si vienes solo.

En lo personal, consideramos que no te puedes ir sin probar el chile suizo: una rica combinación de chile poblano rostizado con queso gratinado servido en plato caliente. Un delicia.

Pero la joya de la corona vikinga es la parrilla vikinga: lomo adobado, pechuga, bistec, chorizo, papas, nopales, cebollitas cambray, chiles toreados y queso fundido. Ésta si es para compartir con el clan que tu prefieras.