Uno de los mejores restaurantes de comida francesa en la ciudad, y no por presentar una cocina tradicional, sino más bien un estilo libre apegado a las técnicas clásicas de aquel país.

Para empezar recomendamos ampliamente la ensalada de prosciutto: mezcla de lechugas, sorrel, acelga y durazno en diferentes texturas -chutney, gelatina, vinagreta y deshidratados-. Un agradable balance entre dulce, salado y ácido.

El foie gras c’est superbe! Pruébalo en escalopa con compota de cebolla caramelizada y reducción de vino tinto o en salsa bañando a un suculento filete mignon con cebollas, champiñones y tocino. Hay otros platillos espectaculares como los cachetes de res al vino tinto (uno de los más solicitados) o los ravioles de king crab que coronan la experiencia. Ahora que el salmón en salsa noisette y alcaparras también es una gratísima sorpresa.

De postre recomendamos un clásico de la cocina francesa al que sí le hacen justicia, la cremé bruleé, o los profiteroles rellenos de helado.