Los tamales acompañan la dieta de los mexicanos desde tiempos inmemorables. Existen en cada rincón a lo largo y ancho del país, pero los Tamales Flor de Lis Polanco, han logrado llevar el sabor y la calidad de estos antojitos envueltos a un nivel superior.

Una de las tamalerías -y negocio familiar- con mayor tradición en la CDMX es Flor de Lis. Con sucursales ahora fuera de La Condesa, el sitio donde inició la magia, ha permanecido en el gusto de los chilangos desde 1926. Hasta los famosos han sido presa de su sabor, gracias a la elaboración artesanal y minuciosa, de sus tamales.

De la carta se puede elegir el tipo de hoja y relleno, nuestra recomendación para los amantes de lo tradicional: mole rojo con pollo, salsa chipotle con pollo (en hoja plátano) y por supuesto el de chicharrón. Tamales Flor de Lis Polanco ofrece una variedad de atoles y helados que complementan de manera ideal tu antojo matinal. En Candelaria puedes hacer pedidos con tiempo, ya que la demanda sube.

El tamal de chocolate, cajeta con nuez y zarzamora con queso, de su línea gourmet son los favoritos de los paladares más sibaritas en gastronomía mexicana. El atole champurrado cumple los mismos estándares de preparación que sus tamales y el de fresa, sí, que es un must.

Esta sucursal en Polanco, se suma a la expansión de la tamalería por toda la capital. El servicio y calidad en se mantiene, el horario con mayor afluencia es por excelencia el matutino: oficinistas y vecinos de la zona se dan cita para disfrutar un desayuno rico (también en calorías) que el tamal acompañado de su respectivo -obligado- champurrado ofrecen.

Degusta el tamal de piña en bocados pequeños, para acentuar tu dulce experiencia marida con un café bien cargado. Si lo tuyo es lo salado el de pollo con salsa roja debe ser la elección pero este sí con atole de fresa.