Señores y señoras (o ejecutivos del Paseo de la Reforma, gente bonita de traje y corbata o viajeros que viven en un hotel), este lugar es para ustedes. La Cuchara de San Sebastián se inclina por lo clásico, por la cocina española, por los platos que puedes comer todos los días (a veces, lo único que quieres es tener frente a ti un buen arroz azafranado, ¿cierto?).

Desde que entras a este restaurante, te encuentras con una atmósfera que remite a lo clásico y tradicional. Nada chic ni de vanguardia, pero, ¿acaso no hay algo íntimamente seductor en este tipo de opciones, en las que sale a relucir la experiencia y el oficio?

Este conjunto podría parecer un anacronismo en el variopinto escenario gastronómico del DF; y puede que lo sea, sí, pero es absolutamente necesario. Unos huevos rotos, una cazuela de chorizo al vino tinto o una lengua a la vizcaína son sólo algunos ejemplos de lo podrás encontrar en este local. Sin giros, sin grandes sorpresas pero con la garantía de que te reencontrarás con esos sabores entrañables que muy probablemente hayas descubierto en la infancia.

Además, el contexto es por demás adecuado y la ubicación resulta muy estratégica: el clasiquísimo Hotel Marquis, con Los Canarios como precedente.