A La Colonial vas a beber y comer, pero sobre todo a esto último. Tienen una variedad impresionante de chelas aunque no se precien de ser baratas bien valen la pena por la variedad que existen. Sin embargo, el punto que diferencia a este lugar de otros, son las comidas que te sirven cada vez que te echas un trago. Aunque no lo creas, por cada bebida que pidas te dan un platillo.

Comienzas con una entrada, luego dos contornos y para finalizar un plato fuerte que luego puedes repetir. Hay mucha gente que no se acaba los cuatro tiempos, así que no hay espacio para los débiles.

El menú en este lugar es super extenso y muy variado pero los favoritos son el pulpo al ajillo, súper rico y nada grasoso (un mal que suele aquejar a este tipo de platillos) y los deditos de queso.

En un lugar con más de 95 platillos, enumerar los favoritos es algo difícil, pero por tiempo te podemos recomendar:

1er tiempo: ensalada surimi, fresca y hace juego si tomas una bebida fuerte. Las quesadillas de pescado son ideales para acompañar unas chelas heladitas.

2do tiempo: espaguetti a la mantequilla, cae bien si has tomado lo suficiente como para tener hambre. El caldo de camarón está genial si pretendes seguir la fiesta hasta el amanecer.

3er tiempo: La chistorra es especial para los amantes de la carne y más si estás bebiendo como vikingo en día de paga. Los ostiones Rockefeller son especiales para las chicas que dijeron hasta aquí y solo quieren comer para irse a casa.

4to tiempo: este es un plato especial para aquellos valientes que contra viento y marea, seguirán hasta que el cuerpo les grite ¡basta!, cabrito en adobo con frijoles y guacamole y el Rib eye con papas francesas y chiles toreados.

Después puedes repetir y procura comer todo ahí porque no hay servicio para llevar.