Los clientes que van a desayunar, ya saben que el pan recién horneado es el despertador que te gustaría tener junto a tu cama y, si te quedaste pegado a la almohada, tranquilo porque la espera siempre vale la pena.

Lo bueno es que aquí preparan el pan fresco y todos los ingredientes que usan son orgánicos. Te recomendamos pedir la cartera -no para que pagues, eso te toca a ti- un pan integral horneado relleno de queso que derrite tu paladar y el frío que queda en la mañana. Lo malo es que el café no es tan bueno como el que hay unos pasos más adelante y sólo tienen un baño, no muy limpio.

Puedes sentarte en alguna de las barras de la pared y comer un poco apretado o sobre una mesa en la banqueta para que veas pasar al peatón coyoacanense mientras tú comes un rico brownie. Ojalá no pase mucha gente porque se vuelve incómodo el lugar y si se llena, los meseros se atarantan.

El lugar es para vegetarianos y para los que no lo son. No te van a hacer sentir que estás comiendo verduras porque no hay de otra, sino porque les quedan bien. Si de plano eres de esos que sin carne se sienten mal, acabándote tu rico platillo, cierra con un chocolatín; un buen premio para el que se portó bien.