Hay lugares detenidos en el tiempo, que parecieran que, cuando entras a ellos, el calendario marca otra fecha, la mayoría de las personas no son fans de este tipo de lugares pero a quienes sí, para ellos va esta reseña.

Rodeada de pilares de mármol, flores en las mesas, sillas espesamente tapizadas y pesadas mesas de madera sin contar los enormes ventanales enmarcados con cortinas victorianas, La Casa del Filete está atrapada en los 70’s del siglo pasado y no lo decimos de manera despectiva.

Especialmente hecha para los amantes de lo nostálgico, La Casa del Filete sigue manteniendo la sazón que enamoró a todos sus comensales desde su apertura y cautiva a los nuevos que visitan este lugar con ganas de saber lo que esconde.

Si bien su oferta de cremas y antipastos es bastante respetable, mejor te hablaremos de las especialidades y las carnes. Un platillo que puedes pedir para ir metiéndote en materia es la oreja de elefante estilo cantina, 230 gr. de un enorme trozo de carne hecho a la plancha, jugoso y saladito, ideal para acompañar con un tinto de verano.

Si ya te sientes listo para seguir devorando carne, pide un soberbio filete Enrique: medallones con salsa bernaise, brócoli y papas al horno. Un plato que no deja indiferente a nadie y menos aún si vale 216 pesos.

En lo personal, nosotros nos inclinamos por algo un poco mas sustancioso; el filete Ingrid, un tremendo medallón con tocino alrededor, cebolla, pimientos morrones y papas a la francesa. Este es nada menos que el plato más pedido de la casa junto con la arrachera estilo Sinaloa, 400 grs de carne bien hecha al estilo norteño por 225 pesos.

Sí, no es nada económico pero vale cada bocado en pesos.