Nos gusta el puerco y su variante cachorra, el lechoncito. No nos hagamos los sensibles, todos los carnívoros sabemos que la carne de lechón está entre la más tierna y sabrosa del mundo mundial y uno no puede dejar de admitirlo. Hemos recorrido restaurantes mexicanos, argentinos, brasileños y gringos, más La Casa de los Lechoncitos al Horno es el único sitio que conocemos que se especializa en la noble carne del cerdo.

Obviamente, este lugar no es para sensibles y no porque las piezas sean sanguinolentas (la carne del cerdo es blanca, así que no debería) es porque el lechón al horno se cocina entero y entero te lo sirven.

Es decir, un lechoncito completo sólo para ti. Si prefieres algo menos visual mejor pide las costillas o los tacos de carnita de cerdo, inigualables si quieres algo más “ligero”.

No te preocupes por la porción de tacos, este suculento, culposo, jugoso y nada healthy platillo está que rebosa de sabor por ambos lados, así que prepara servilletas porque te mancharas las manos como si tuvieras 5 años.

Además de los tacos, te dan una orden de chicharrón y la oportunidad de elegir tus frijoles bayos con o sin carne. Siempre escoge la de carne, es la mejor. También venden pollos adobados además venden cazuelas con carne, las cuales puedes compartir con amor y hambre. El lugar es pequeño así que procura armarte de paciencia para hallar una mesa.

No son para nada pet friendly así que mejor deja a tu amigo canino en casa, si no quieres arriesgarte a comer en la banqueta. Las cervezas siempre están heladas, las salsas frescas, picosas y un servicio atento.