Ubicado en el centro comercial Santa Fe, La Calle tiene una ambientación como de película de Pedro Infante: las mesas, las pinturas, los murales y la indumentaria de los meseros es como de los años 40. Además, hay un bar llamado La Corcholata y un carrito de helados. Un viaje en el tiempo.

La Calle es ideal para pasarla con amigos y familiares pero debes estar atento al servicio porque no es muy ¿cómo decirlo, amistosa?, así que ármate de paciencia y amor. 

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Lo bueno es que el sabor de la comida compensa la poco cálida atención de los meseros. Recomendamos el molcajete Xo, el huachinango a la talla o el mole poblano de San Andrés de la Asunción; aunque entre las variadas opciones de la carta también vale la pena pedir Los Molcas: molcajetes con arrachera, pollo y camarón –juntos pero no revueltos–, con cebollitas, nopales y chorizo. Se sirven con harto aguacate y tortillas.

En La Calle hay comida rica que vemos en pocos lugares, las pacholas jaliscienses es uno de los platillos más pedidos. Se hace con carne de res y de cerdo molidas y mezcladas con chile ancho, ajo, cebolla y perejil. La mezcla se muele en un metate y luego se asa en plancha. Imperdible en este lugar, igual que el burrito de chilorio a la mexicana –traído desde Sinaloa–, con quesillo y chips de papa. Perfecto para botanear. Otra recomendación es el mole de olla de Izúcar de Matamoros, guisado en un caldillo de chile ancho y guajillo, caldo de res, zanahoria, ejote, calabaza, elote, xoconostle y epazote. Ideal para los días fríos de invierno.

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