Inspirados en las salumerías de la Toscana, donde la comida está llena de significados relacionados con la convivencia, Jengibre busca ser un punto de encuentro para familiares y amigos. Un lugar donde se come y se bebe bien.

Acorde con lo anterior, el restaurante ofrece a sus comensales un espacio íntimo en el que si algo destaca es la calidez de su atmósfera. Llenas de cervezas artesanales, vinos y delicatesen, las paredes de este lugar arropan e invitan a la conversación sin prisas y ajenas a todo tipo de pretensión.

También el menú aporta lo suyo para cumplir con el propósito base de Jengibre. Tanto los bocados como las tablas, están pensados para ir directamente al centro de la mesa y propiciar interacción.

Date oportunidad de ser creativo y aprovecha la opción de armar tu propia tabla, eligiendo de la vitrina el vino, los quesos y la charcutería que más se te antoje. Claro… también puedes elegir una de las tablas que vienen en el menú y solicitar asesoría sobre el maridaje perfecto, si así lo prefieres.

Otro punto a destacar son las catas que llevan a cabo mensualmente. Si no vives en la zona, te darán ganas de mudarte con tal de ir a las catas que organizan mensualmente y poder platicar con Víctor Bravo y Alfredo Badillo –los expertos– sobre los nuevos vinos que traen cada mes

Jengibre cuenta también con una tienda de charcutería, salumería y quesos para llevar a casa. Además de otros tantos productos, como especias, mermeladas, aceites, granos, café y patés.