Un café no tiene que ser grande como un salón de fiestas, de hecho, los cafés suelen ser espacios reducidos que permitan la intimidad entre los clientes: conversaciones a media voz, risas discretas o conversaciones más bien tensas. Un café es el confesionario colectivo de toda una ciudad.

Gradios es un café pequeño, de hecho, sólo tiene pocas mesas pero siempre está lleno y no es para menos. Aquí se especializan en convertir a cada taza de café en una experiencia que te haga saborear cada gota de cafeína. En su menú puedes encontrar lo que llaman “café de método”, son aquellos que son preparados bajo ciertas condiciones y técnicas.

Tal vez la más interesante de las ofertas de café, es el elaborado con prensa francesa: la forma en la que se hace café en una prensa francesa, también conocida como cafetiere es dejando reposar café molido en agua caliente, y después empujar el café hacia el fondo. Muchas personas piensan que así el café conserva su cuerpo y el olor no se pierde durante el proceso de colado.

El sifón es otra de las ofertas técnicas que ofrece este lugar. Este método combina una preparación de inmersión completa (como la prensa francesa) con un filtro brindando como resultado una taza muy limpia y de buen cuerpo. En conclusión, Gradios es una laboratorio de café. Si prefieres algo menos laborioso, pide una café expreso de máquina, hay: capuccinos, expressos y chocolates. Tanto calientes como fríos.

El menú es extenso, aunque no parezca, sin embargo, su especialidad son los desayunos: chilaquiles con huevos revueltos, chapatas extragrandes, molletes con tocino (también extragrandes) y a la hora de la comida, puedes pedir pechuga de pollo, o pasta 4 quesos.

¿Cómo llegar a este lugar sin perderse? Está ubicado cerca del Metro Salto del Agua, y lo reconocerás por el fuerte olor a café que emana la tostadora que está en la entrada.