En Garabatos Santa Fe afirman estar comprometidos con el placer y por eso sólo utilizan ingredientes de primera calidad, con recetas de la tradición repostera europea. Su historia comenzó con Emanuel y Elvira Bleier, emigrantes rumanos que encontraron en México un nuevo hogar. Sus pasteles, galletas y chocolates atrajeron la atención de la gente, y poco a poco, el trabajo de la pareja fue ganando prestigio, entonces comenzaron a abarcar más productos hasta fundar el primer restaurante en 1988, el cual abrió su hijo Abraham. Hoy es una empresa sólida con 12 restaurantes y 24 boutiques, donde la galleta de vainilla garabateada, creada por doña Elvira, es un ícono de su repostería.

Santa Fe es una de las sucursales que ofrecen el menú funcional, el cual equilibra los alimentos alcalinos (75%) y ácidos (25%) con resultados benéficos para la salud, como ayudar a la digestión, fortalecer las defensas, oxigenar las células y desintoxicar el cuerpo, entre otros. Así, por ejemplo, sus pudines de chía activada y de avena con chía y el verrine de yogur griego contienen omega 3, fibra, son bajos en carbohidratos y ricos en proteínas y grasas saludables. O sus hot cakes veganos contienen antioxidantes, proteína y son libres de gluten. El ceviche vegano también es de fácil digestión y es alto en fibra, proteína, hierro y calcio. ¿Así, o más sano? De modo que en Garabatos cuidarse no implica sacrificar sabor.

Entre semana también manejan un menú ejecutivo no alcalino, que incluye bebida, sopa y plato fuerte por 139 pesos.

La pastelería de garabatos sigue siendo excelente. Date el gusto de un queso garabato, relleno de galleta garabato y chocolate; de un queso cajeta, queso con dulce de leche y nuez; de un mousse ferrero, pastel de vainilla con mousse de avellanas y un cinturón de almendra cubierto de gel; o de una tarta de queso de manzana, con base de vainilla, queso, manzana, nuez y canela. Son de esos pecados de los que nunca te arrepentirás.