Fonda Margarita es uno de los comedores consentidos de la Del Valle. Son considerables las filas para ocupar sus mesas comunales. Y es que no es sorpresa ya que se convirtieron en un referente de desayunos bien servidos y muy mexicanos a precios amigables.  

Para visitar este emblemático lugar, tienes que ser madrugador, porque abren a las 5:30 de la mañana y cierran a las 12 de la tarde. Te prometemos que lo vale, no por nada se han mantenido abiertos por más de 50 años.

Todos los días los guisados varían, pero tienen algunos clásicos como el chicharrón y cerdo en verde y el bistec en pasilla. Pero los martes no olvides probar el espinazo con verdolagas o las albóndigas en jitomate. Los jueves, las manitas de cerdo y el carnero en verde, son a lo que le debes echar un ojo… o el diente. La estrella de los sábados es la pancita, calientita y cura crudas.

Aparte de los guisos diarios, cuentan con un pequeño menú fijo y muy querido. Los frijoles refritos con huevo son la razón por la que todos regresan. También tienen huevos al gusto, pero ¡ojo!, que los huevos con longaniza únicamente se sirven martes, sábado y domingo. Los chilaquiles verdes, la costilla de res y la pechuga asada también son clásicos de todos los días. Su lista de bebidas es corta, y puedes elegir entre café de olla, refrescos y jugo de naranja.  

Aunque su decoración no sea muy llamativa y el lugar sea más bien sobrio, el sazón hogareño y la atención del personal hará que Fonda Margarita se convierta en tu segunda casa.