El Jamil es un sobreviviente post-boom de la colonia Condesa. La clientela, que se ha mantenido gracias a la constancia de su cocina libanesa, un miércoles por la noche abarrota el lugar. En la banqueta están los que terminan la experiencia con un narguile, fumando tabaco de sabores.

Para los que inician, hay un surtido de los clásicos mezze de este tipo de gastronomía: tabulé, jocoque seco con aceite de oliva, humus con algunos garbanzos enteros, kepe bola, kepe crudo y pan pita recién salido del horno.

Aunque te recomendamos que te quedes en las botanas puedes continuar con un taco árabe que, desafortunadamente, no preparan con cordero pero está servido con generosidad o con un falafel. Para maridar, lo mejor es pedir una cerveza pues los costos de la carta de vino son un tanto exagerados (sobre todo si quieres blanco o rosado, de los que hay pocas opciones).

El servicio es cumplidor y el dueño del lugar está siempre al pendiente de lo que necesites. Te recomendamos mucho la experiencia para un jueves por la noche pues la ubicación es la mejor para que después de cenar continues la fiesta en otro lugar de la zona.