Por: Alejandro Zárat

Todo comenzó cuando José Valdovinos, un abogado de profesión, decidió dar un giro total a su vida y enfocarse en algo que le apasiona:  el vino.

Su oferta es de todo el mundo con una nota impecable de buen gusto. Sus precios son casi de tienda, en pocos lugares se puede presumir una carta que sirva esta clase de vinos a precios tan accesibles al bolsillo. La música y la tapas hablan del carácter sencillo del espacio que en breve se llena de amantes del vino que buscan disfrutar de una buena botella sin complicaciones.

Para acompañar hay jamón serrano, queso mozzarela y una que otra delicia sabrosa y bien preparada, una rica lista de pretextos para seguir disfrutando de una buena copa de tinto.

Obvio, tanto los vinos como las copas son las indicada, la concurrencia siempre es agradable y no llega a niveles de antro ruidoso en el que se tergiversa el concepto original.

En la carta hay también una buena lista de vinos por copa para los que buscan sólo un pequeño divertimento.

Afortunadamente también abre los domingos con un horario bastante cómodo.