Para ti que crees que aún existen otros lugares y que la noche se extiende mas allá de la Condesa, en la Portales aguarda un sitio fantástico: El Convite. Trae a tus amigos o a algún amorcito y reserva mesa porque se llena.

Hay que ir los viernes porque es día de jazz y el ambiente es mágico. Los restantes días de la semana el lugar cierra temprano, en la tarde.

Para empezar la velada nada mejor que unos camarones (te sirven cinco por plato) sazonados con salsa picante y aceite de oliva. Quizá te enchiles un poco, pero vale la pena porque quedan gustosos. Puedes pedir, también de entrada, unas sabrosas y crujientes papas a la francesa, para ir acompañando la cerveza.

El Convite no tiene parrilla, así que es conveniente optar por las pastas, los mariscos o las aves, que están muy bien. Las ensaladas son una gran opción, gigantescas y deliciosas. La Jean Kilo, por ejemplo, con esferas de melón, jamón serrano, lechuga, acelgas y ajonjolí, refrescadas con un baño de yogurt, para los que gustan de los sabores agridulces.

Para terminar reventando, ¡glucosaaaa! Hay helados y pasteles, como el Mont Blanc, la trufa o la tarta de manzanas. No son espectaculares, pero te quitarán esas ganas de algo dulce. El ambiente es informal, así que quítate las presiones. El servicio es relajado pero efectivo. La noche, si tienes suerte, inolvidable.

El jazz es de jueves a sábado a partir de las 21:30 horas.