Cocina mexicana urbana contemporánea. La carta es pequeña pero con muy buen sabor, de hecho su alcachofa y los tacos de camarón están entre los mejores de la CDMX.

La chef Lucy Acuña te recibe con una filipina rosada, síntoma claro del tipo de servicio caserón y apapachador del lugar. Luego llega el mesero experto en ofrecerte los frescos cocteles de la barra: mezcal con maracuyá, con tamarindo o el mojito son buenas opciones para abrir el apetito.

Los pescados y mariscos ocupan una buena parte del menú: una propuesta de cocina que se mantiene ligera, no abusa de las salsas aunque sí se permite el uso de ciertos aderezos como la salsa de mango y habanero picosita que acompaña a los taquitos de camarón (en tortilla de harina o de maíz de colores).

Para picotear te recomendamos pedir varias entraditas al centro: aguachile de atún (en temporada), molote relleno de frijol o unos tacos de pollito al pastor, que en lugar de tortilla vienen montados sobre una fresca hoja de lechuga. De los postres, el brownie es muy cumplidor. Te avisamos que sólo utilizan ingredientes frescos por lo que el menú cambia constantemente.