Por Miguel Rivera

Ventiladores industriales, maletas antiguas y lámparas replegables que parecen de la época de la Segunda Guerra Mundial adornan este sitio con pinta de cafetería de la China comunista. Un busto de Mao Tse Tung y la bandera de la Rusia socialista también engalanan las paredes de este restaurante con sentido del humor.

La idea detrás de la cocina es ofrecer comida china preparada a la manera oriental y con precios accesibles. Para la entrada, los dumplings de camarón, verduras y pollo (ligeros y hechos con masa de arroz) llegan en una caja de bambú que mantiene el calor. Para el segundo tiempo se recomienda pedir varios platillos al centro y compartir, recomendamos la res Mongolia que añade un sabor fuerte y picoso. También están las costillas de cerdo BBQ cuya carne se desprende con facilidad del hueso y su salsa de ciruela tiene un equilibrado gusto agridulce. Los noodles chow mein en salsa de ostión completan la experiencia asiática con ese sabor a mar y la variación de texturas de la pasta sedosa y la fibra del pollo.

Otra carta fuerte del menú son sus bebidas que nos llevan desde la limonada Don Chui con manzana verde y jengibre, hasta cocteles como la Pink Geisha hecha a base de sake, sandía, puré de fresa y un toque de arándano. 

F:/Don-Chui

T:@DonChuiMx