Contrario a su nombre, el restaurante Delirio es tranquilo, relajante y precisa de su tiempo para ser admirado con detenimiento mientras te tomas un café con leche.

En un principio, pareciera un cafecito más de los que inundan la ciudad, aún así la atmósfera es tan especial que vale la pena entrar y quedarse a sentirla. El espacio es amaderado totalmente, a sus alrededores hay una tienda de productos orgánicos que harán a tu corazón palpitar de gusto y amor: café orgánico, frutas en conserva, mermeladas, en fin, cosas que no hallarás en nuestra híper industrializada Chilangolandia.

En medio del comedor del Delirio hay un enorme divisor de espacios donde está escrito el menú con letras blancas, iluminado por el amplio ventanal. Prepárate para ser feliz en esta coffee shop.

El menú es sencillo pero cumplidor, pastelería francesa con productos mexicanos y los domingos ofrecen brunch estilo buffet con una enorme variedad de ensaladas y platillos con el toque mediterráneo que tanto gusta a nuestros queridos chilangos. El buffet es de 10:30 a 13:00 y son 245 pesos por persona.

En el enorme pizarrón-menú del Delirio podrás encontrar delicias como la lasagna con ensalada y la pavlova con frutos rojos. Además de las tradicionales baguettes, sándwiches y postres variados.

La ensalada de salmón y la ternera de limón con guarnición de arroz con espinaca está entre lo más rico que puedas probar en el Delirio. Además, el precio si bien no es súper barato tampoco está tan prohibitivo que no te permitas dar un lujo.

Nos gusta bastante la burrata de mozzarella fresca con tomate deshidratado y las empanadas árabes de carne con espinaca.

Aunque el Oscar se lo llevan los postres, por favor, pide la Pavlova de frutos rojos, es un clásico de la casa, de esos que haces preguntarte: ¿dónde estuviste toda mi vida?, por cierto, los domingos ve tempranito si no, te quedarás delirando mientras esperas por un lugar.