Sí, hay cortes de carne, pero lo mejor de aquí son las pizzas y pastas. Cumaná no es ni lo más céntrico ni lo más accesible, pero su delicioso sabor y fina confección merecen el viaje. Los habitantes de Interlomas pueden salir a comer cerca de casa, esta pizzería estilo argentino trajo un concepto innovador, no por la oferta, sino por la calidad en la elaboración de la pasta. Desde los trocitos dorados de masa para entretener el hambre se nota el sabor de mantequilla y el horneado a punto. Además, el menú se complementa con sándwiches, ensaladas y ricos postres.

La concurrencia es relajada, compuesta en su mayoría por guapas y jóvenes señoras de la zona que pasan el rato. Cuatro son los imperdibles: Primero las empanadas de carne cortada a cuchillo, la misma lógica de envoltorio pero con sabores mucho más definidos, por momentos sabe la rica carne, luego el tomate y las especias; de las pizzas, la Fugazza con cebolla, parmesano y orégano (la versión fugazzeta es con mozzarella), todo en perfecta cocción, medio tostadito y gustoso, la otra emblemática es la rústica, con champiñones, corazones frescos de alcachofa y puntas de espárragos. Todo junto es una locura de sutiles sabores.

La variedad de vinos se limita a dos pero muy bien seleccionados para la ocasión. Un poderoso Malbec que va bien con la carne y un Cabernet Sauvignon con notas afrutadas perfecto para las pastas. Su coctelería es amplia y va de lo clásico a lo contemporáneo. La atención es personalizada, con 12 mesas y una terraza que por las noches resulta cálida y acogedora, ideal para una cena romántica y tranquila.