Érase una vez una tiendita llamada La Confianza que vendía sándwiches y cuernitos preparados por la familia Birruete. Un día, su hijo David probó un café de especialidad y todo cambió. La Confianza se hizo más grande, quedando Cucurucho Café como su amoroso resultado.

La sucursal de la Roma aún guarda ese vestigio de tiendita de la esquina, pero entre sus estantes -creados por diseñadores mexicanos- podemos ver los nuevos santos de su devoción: el café Pluma o Tapachula, las prensas francesas y demás artilugios.

LO MEJOR. Empieza por el expreso, la mejor forma de conocer el café, el tostado y el sello particular de Cucurucho. Otro día ve por “La Bebida”; no está en la carta y es una horchata al estilo español con un shot de café expreso.