Abundante, exquisito y con un servicio impecable. Todos los días es excelente, pero lo mejor es ir en fin de semana porque hay alrededor de 35 platillos a elegir. Entre semana acude mucha gente de negocios, turistas y parejas, de todas las edades, porque este restaurante ha sabido crear lealtad.

Tienen clientes que ahí comen desde hace más de 20 años. De lunes a viernes, además de la carta hay un menú ejecutivo conformado por entremés, sopa, plato fuerte, postre y café, todo a elegir entre diferentes opciones, y los comensales son acompañados por la música de un guitarrista.

Asistir el fin de semana es todo un paseo, porque el restaurante se localiza en un edificio colonial considerado patrimonio histórico, que tiene un colorido vitral en el techo y luce candelabros y muebles de madera antiguos.

El buffet en su mayoría incluye platillos típicos de la cocina española, de carnes, pescados y mariscos, y algunos mexicanos. Hay que guardar espacio para probar la natilla y el pastel de mil hojas. La música en sábado y domingo está a cargo de una estudiantina.