A algunos adultos nos cuesta tomar las cosas con humor, especialmente cuando se trata de algo tan solemne como la comida. Obviamente, exigimos calidad, precio y variedad y nos hacemos bolas tratando de ubicar el sitio más conveniente según nuestros intereses.

Cuando se es soltero o sin hijos, esto parece ser una tarea fácil, entregada a la más egoísta de los placeres pero cuando se tienen hijos, ahí la cosa es diferente. Buscas un sitio donde los niños sean bienvenidos, en donde puedan comer a sus anchas en compañía de otros padres igual de tolerantes que tú.

Bajo ese esquema de referencia, nació Chuck E. Cheese’s hace unos cuantos años. El concepto de este lugar es claro: un lugar de niños para niños con un divertido ratón que juega con ellos. El lugar es enorme y está rodeado de locos bajitos, espacio que está dividido en tres grandes zonas: toodler zone, para bebés; zona de peques, para chiquillos de hasta 8 años y de Maquinitas, para chicos de 8 años en adelante.

Si estás como la tía Zelma cuando sacó a los niños Simpsons al parque frenesí, es decir, agotada, Chuck tiene una zona de padres, en donde puedes relajarte. Las opciones de comida son las que les podría gustar a un niño: fast funny food.

La pizza es la primera opción, pídela de margarita, es infaltable y bastante buena. Los paquetes de comida con tokens (las moneditas de los juegos) hacen que la comida te salga más económica e igual puedes completar con dinero en efectivo.

Las alternativas del menú son las ensaladas, las alitas, las consabidas pizzas y las hamburguesas. Seamos honestos, no es un lugar a quien llevarías a cenar a alguien pero está excelente si quieres comer tranquilo con amigos y necesitas que los niños quemen calorías y te dejen a tus propias anchas por un rato.

Los fines de semana se llena rapidísimo así que ve temprano y aparta tus sillas.