El ceviche de camarón con sandía es uno de esos platos que se quedan en la memoria por varias cualidades: es fresco, de color marrón intenso e inconfundible y con momentos crujientes gracias a unos cacahuates salpicados por aquí y por allá.

Este plato y el taco de lechón confitado, con todo y cebollita tatemada, son una probadita del apartado más feliz y bien logrado menú de Chapulín: las entradas, tiempo en el que conviven los molotes istmeños de plátano con queso y crema ácida o un sopecito con carne de venado. Estas son recetas de José Manuel Baños (Pitiona, Oaxaca) ejecutadas por Josefina López.

El lugar es todo derroche, con ventanales que asoman al bosque de Chapultepec (bueno, la mayoría) y salones privados para las comidas de negocios, que son algo común en el hotel Presidente.

El espacio, la cocina y la selección de los mezcales tienen un ritmo más contemporáneo que los otros establecimientos del hotel Presidente Intercontinental, donde se encuentra. Chapulín es también un concepto original (otros, como Au Pied de Cochon o Alfredo di Roma son réplicas de lugares extranjeros), con un pie firme en la cocina regional de su chef asesor, José Manuel Baños, del restaurante Pitiona, de Oaxaca.

Hay grandes platos, sobre todo en las entradas, donde conviven antojitos como el ceviche de camarón con sandía –uno de los mejores del lugar, por su juego de texturas y contrastes–, los tacos de lechón y los sopecitos de venado.