Por Patricio Saiz

El lugar fue diseñado poniendo especial atención a lo que no se ve con facilidad. En los muros hay cuadros modernos que invitan a la divagación. Cada mesa se encuentra en un espacio pequeño y es iluminada con cautela recreando aislamiento y privacidad. Debajo del ambiente sonoro hay música contemporánea que sirve como soundtrack a las conversaciones de los que asisten.

Travazares es un lugar que se aleja de la imagen del restaurante como entidad corporativa. Aunque esto es bueno, a veces sus meseros son estudiantes que carecen de capacitación ó están muy distraídos.

Aquí, la experiencia no se limita a comer. Este refugio es el sitio idóneo para escribir una novela, aislarte de los problemas diarios ó lucirte en una conquista amorosa.

La línea culinaria tiene una marcada tendencia italiana. Pero el diseño de los platillos incluye ingredientes que lo alejan de lo tradicional y pueden darle una sorpresa hasta el más conocedor. Para demostrar esto, hay platillos como el Salmón Serrano; combinación de salmón con jamón serrano, preparado con chiles, naranja, vino blanco y aceite de oliva.

Otro de los obligatorios es los tres amigos. Son tres chiles rellenos (Uno de mariscos a la cerveza, otro de verduras a la parrilla y el último de carne molida) bañados en una salsa de queso. Mar, tierra, vegetal, animal, ligero, condimentado se combinan creando una experiencia sensorial llena de dualidades y cuyo placer es difícil de repetir.