Por: Verónica Chávez Aldaco

Hasta la calle llega un olor a tortilla recién hecha. Me asomo por una ventana y veo a una señora dándole forma redonda a un pedazo de masa azul y después poniéndola a cocer sobre un comal. Entro y me siento en una mesa cubierta por un mantel de plástico, estampado con flores y frutas, como en un puesto de comida de mercado.

Eso es Romualdas, un restaurante lleno del folclor mexicano demostrado en el nombre, pero también en la decoración con lámparas cilíndricas de bolsa de mandado, paredes pintadas de rosa mexicano, azul claro, verde agua y uno que otro personaje de lotería.

Los creadores son los mismos socios de laCreperie de la Paix, así que el local es contiguo a uno de los primeros restaurantes instalados en la Condesa hace más de 20 años.

En la carta encuentras platillos muy mexicanos, pero con un twist ad hoc con el lugar, así que puedes escoger entre unos sopecitos o panuchos de cochinita pibil, unos chiles rellenos de manchego, unas enmoladas o las tradicionales quesadillas.El concepto es botanero, hay tiritas de pescado, aguachile, tortas, tacos, ceviche… todo va bien con mezcal.

Ofrecen una carta de este destilado artesanal (Alipús, Unión, por mencionar algunos). Lo puedes pedir solo o en coctelería. Yo probé El Valiente, con un toque de jugo de piña y chile verde, y aunque me picó (sin albur), disfruté de su frescura y su sabor. También tienen La Dama, más dulce porque está hecho con licor de naranja, frutos rojos y un poco de limón.

La música es variada. Igual escuchas rock, pop, reguetón, trova. Lo mejor, a buen volumen mientras platicas y, ¿por qué no?, pruebas sus postres como la malteada de pingüino, el arroz con leche o las quesadillas de chocolate. Nada en su carta pasará desapercibido.

PD.No olvides tus tortillas por docena para llevar.

Fb: /Romualdas/