Por: Verónica Chávez Aldaco

De día es un restaurante al que le puedes caer desde la hora de la comida, mientras que de noche se convierte en un lugar perfecto para echar tragos con los amigos y disfrutar de su música en vivo, de jueves a sábado a partir de las 21 horas.

Este nuevo lugar en Insurgentes, decorado con muebles hechos a mano y agaves dentro de enormes molcajetes, se adueña del concepto de comida mexicana, claro, sin perderse en el abismo de los antojitos básicos como las quesadillas o el pozole, yendo más allá en las recetas y ofreciendo un menú que incluye tacos de camarón, machitos, sopa azteca o un buen mole poblano.

Comencé con la grata cortesía -siempre te reciben con ella- de un taquito de requesón y una quesadilla de sesos (o un par de chalupitas); gran entrada para saciar la ansiedad mientras revisas la carta y escoges qué pedir.

Yo probé unos tacos -de tortilla recién hecha- de gusanos de maguey y escamoles; me los sirvieron con salsa verde, picosita, acompañados de una rica cerveza clamato en jarrito de barro que todo el tiempo la mantuvo fría. Gran combinación.

A pesar de que debes irte con cuidado con los platillos que llevan picante, la carta también te da la posibilidad de comerte un chamorro suave sin excederse en lo grasoso; un ceviche Josefa con cebolla morada, cilantro, aceite de oliva y aguacate, con un toque de habanero, limón y pepino, excelente para la cruda;o un molcajete que perfectamente puedes compartir con tus acompañantes y disfrutar de una vez su arrachera, cecina, chorizo argentino y pollo. Todas las porciones son generosas.

Mención aparte merece el bartender de La Josefa, ‘El Taz’, quien de verdad es capaz de transmitir la pasión con la que hace sus mezclas, pues el sabor de sus cocteles no le envidia nada a la corriente de mixología que hace tiempo surgió en la Roma y Condesa.

Sirve los clásicos Tom Collins, Medias de Seda o Piña Colada, pero en realidad recomiendo que te detengas en un Rebocito o un Cabroncito, este último hecho con mezcal, pepino, chile serrano, jarabe y chía, muy generoso en cuanto a frescura y con un armonioso sabor frutal a pesar del toque sutil de picante.

Te maneja también el Gin de la Conspiración, con bombay, frutos rojos, limón y jarabe, y coctelería hecha con tepache.Aunque suene extraño, comienza probando la capacidad de ‘El Taz’ en el agua del día, que también pasa por sus manos y en la que encuentras combinaciones frescas y ricas como la que me tocó a mi de sandía con fresa.

TIP: Si vas en tu cumpleaños, menciónaselo al mesero para que te den tu rebanada de pastel y un shot para festejar.

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