Si pasas por la mañana, en la banqueta hay un pizarrón que dice “bienvenidos corredores” para luego anunciar que ya hay café y desayunos. Por la tarde la bienvenida se da con los especiales de la casa, como la hamburguesa de sirloin con tomate, lechuga, cebolla caramelizada y aderezo de roquefort.

El lugar, pequeño por la naturaleza de su concepto, parece decir “pásale: estás en tu casa”. Todas las sillas son de diferente diseño, al igual que la vajilla, con colores vivos y decorados sobre la cerámica. El piso tiene acabados rústicos, hay un solo mesero y de fondo se escucha la selección musical del propietario: una melancólica canción de Badly Drawn Boy.

Los precios son accesibles, si se toma en cuenta que las porciones se pueden compartir. Un ejemplo es el quiche del día, en este caso de jamón serrano servido con mucho queso roquefort y un poco de ensalada con balsámico (una combinación ganadora que compensa la densidad del queso con la acidez del vinagre). En las ensaladas, los chefs ponen atención particulara los aderezos, como en el dulce que colocan sobre las espinacas que llevan queso de cabra, delgados trozos de manzana, nuez y un poco de ajonjolí garapiñado.

Para el plato fuerte, las especialidades del menú (se puede elegir entre varias) son: la hamburguesa o el fetuccini Magnolia (la primera tiene éxito por lo unanimidd en todas las mesas de los costados, es grande y se sirve con bollo casero). Nosotros elegimos el fetuccini. Viene servido con aceite de olivo (mucho mejor que una salsa pesada), con champiñones y guindillas de chile que sólo le dan un sabor a tostado, sin llegar a ser del todo picantes.

Para el postre hay una gelatina de cajeta que resulta toda una sorpresa. Logra un genuino sabor casero, cremoso, con un toque de extra cajeta para acompañar.

Si visitas este espléndido lugar en familia tiene como facilidad para los niños una pequeña ludoteca (visible desde cualquier punto del comedor para que no pierdas de vista a tus hijos).

Aunque no están en el menú impreso, también tienen pizza en sus presentaciones más básicas: margarita, blanca y de jamón serrano. Para el desayuno hay al menos una opción a elegir según tu tipo de dieta: algo europeo como los huevos Benedictine, americano como la avena fría, o los mexicanísimos chilquiles con huevo acompañados de chocolate caliente. Tienen terraza para fumadores.

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