Un clásico en la zona de Tlalpan de cocina tradicional. Desde mayo de 1975 abre sus puertas como restaurante, bar y salón, gracias a la amplitud de sus instalaciones y a un servicio que intenta hacer sentir como en casa a los comensales. Los paquetes de desayunos son bastante sustanciosos, como el especial, con cecina de Yecapixtla o pechuga a la plancha o carne asada ($95), el de la casa, que lleva enfrijoladas o enchiladas rellenas de pollo o queso, y que pueden ser suizas, verdes, rancheras o poblanas ($85). Todos incluyen jugo o fruta y café. Para disfrutar aún más la mañana también hay hot cakes, tortas, sándwiches y otros platillos y antojitos mexicanos.

Cuando llega la hora de la comida ya tienen preparados dos menús: el ejecutivo ($100) y el de la casa ($65), ambos de tres tiempos, y con varias opciones para elegir platos fuertes. La carta es extensa, e incluye sopas, ensaladas, carnes, pescado, antojitos y postres. Te recomendamos la parrillada sol, una combinación de filete de res, cecina salada y cecina enchilada servida con chiles toreados, cebolla fileteada, nopales y queso, así como los medallones de filete de res en salsa de champiñones. También manejan una carta de botanas, si lo que quieres es ir a tomarte unos tragos con los amigos y disfrutar de unos sopecitos, flautitas de pollo, un choriqueso o un platón de jamón y queso. Los postres son buenos, como el flan de la casa que sigue siendo el mismo desde 1975, las frutas flameadas y los helados gourmet. El bar está bien surtido de destilados y licores y cuentan con coctelería clásica. También hay algunos vinos.

Los viernes suena música en vivo a partir de las nueve de la noche. Suele ponerse tan divertido que la gente se para a bailar, aunque también se escucha a ratos música romántica. La mayor concurrencia de Carro del Sol es gente que trabaja en la zona, de ahí que cierre los fines de semana, pero otra de las razones de ello es que rentan sus instalaciones para organizar eventos y celebraciones.