El Café Santamaría es unos de los restaurantes con historia, de esos clásicos pero raros especímenes de los que hay pocos en la ciudad. Mucha gente lo sigue visitando, bien sea por tradición o simple rutina, afortunadamente se sigue conservando para beneplácito de todos aquellos que amamos las tradiciones y el sabor de antaño. 

Café Santamaría nació apenas hace 25 años y sin embargo, la estética del lugar luce como si hubiera abierto hace 50: mesas para grupos, amplio, enormes ventanales y sobretechos que parecen de hotel antiguo.

Sus comensales son, en su mayoría, gente mayor que se sienta disfrutar de uno de los mejores cafés de la ciudad, puesto que está hecho al estilo italiano y se procura que la leche caliente sea vertida desde cierta altura para que la espuma se haga de manera natural. 

Algo bonito del Café Santamaría es el pozo de los deseos que hay adentro. Es una escena de lo más surrealista, mesas por doquier y en un lado, el pocito. Debemos arrojar una moneda para así lograr que nuestros sueños de tener mucho varo durante el año se cumplan. 

Hubo una temporada donde el local fue cerrado, no fue su etapa más feliz, plagado de malas críticas, el local decidió renovarse en 2013 y desde ese momento no ha hecho más que brillar. 

Su café sigue siendo de clase mundial, sobre todo el típico café con leche bien espesito y marroncito. Sus panes dulces son frescos y recién horneados, ideales para compartir durante un domingo en familia. 

Pero si quieres algo más sustancioso, los chilaquiles son imperdibles, así como la milanesa especial, las enchiladas están bastante buenas pero sin duda el big fav de la casa es el molote en salsa verde. 

Después del mediodía, empiezan a servir la comida corrida, ya saben, la sopa y el arroz. La tortas de pollo en salsa verde están deliciosas y el pescado empapelado también, este último está en su punto y bien aliñado con limón y especias. 

La sopa de nopal está entre las más requeridas por los comensales del Café Santamaría, poca sal y super sana, vamos a acompañar esta sopa con unos huaraches de carne y ya estás.