Por Mariana Camacho

Los rostizados tienen un espacio en el corazoncito chilango desde hace un buen rato; pero Bretón es un sitio que decidió tomarse el asunto muy a pecho y llevarlo a un  nivel más burgués.

Porchetta, pescado, aves, vegetales (y lo que se deje) van al rosticero para conformar el puntual menú del lugar. Las aves (que llevaron una buena vida de rancho) son excelente elección, tan obvia como afortunada: pollo adobado (mi favorito), caribeño (aparentemente, el favorito de “todo el mundo”) o un piernón de guajolote con especias. Para acompañarlos, lo básico: vino, cerveza, buen pan y guarniciones como las rostipapas (para el combo clásico), frijoles refritos o un muy buen cuscús.
El local es bonito por donde lo veas, inspirado en algunos lugares en Brooklyn a decir de sus propietarios y, por experiencia propia, se presta a sobremesas muy, muy, largas.