Si quieres probar el sur de Francia sin salir de la ciudad este lugar tiene lo necesario.

Todavía con la iluminación de lámparas de mármol del restaurante anterior —el Unique— la Braserie-O metió manos a la obra para cambiar la cocina fusión de su antecesor por los platillos típicos de una braserie francesa.


El lugar conserva algunos detalles kitsh del Unique, como las sillas de plástico en el segundo piso. 261 Lo mejor, es pedir una mesa en la terraza, del primer o segundo piso, para tener vista a la calle de Ámsterdam.

El fuerte del lugar son los platillos de mar. La recomendación es empezar con algo muy del sur de Francia: una ensalada Niçoise, con anchoas, huevo, aceitunas negras y pimiento, ojo con las anchoas porque pueden resultar demasiado saladas, si no te gustan, mejor pide que las remuevan.

Como plato fuerte un plato muy rico es el risotto con frutos del mar, el arroz es cremosito, de consistencia muy agradable y con una porción de almejas, camarones y pulpo bastante aceptable.

Antes del último bocado hay que pedir el postre, un pastel con chocolate caliente que tarda veinticinco minutos en llegar, pero por el que vale la pena la espera —y las calorías–.

La carta de vinos está orientada a los franceses, sus precios son más o menos accesibles y con la mayoría de las etiquetas al copeo.

El servicio es quizá, ‘demasiado’ amable, los platos llegan a tiempo pero la presión del mesero para que pidas una botella _—y no una copa— es
demasiado evidente.