Más que el nombre del restaurante, bonito bonito es el espacio en el que se encuentra. Los dueños no se equivocaron cuando mantuvieron la esencia del edificio diseñado por el distinguido arquitecto Luis Barragán en 1939. El tipo de comida es internacional, los sabores y las presentaciones son simples pero siempre con un toque gourmet.

El menú es extenso y encuentras de todo, hay entremeses, ensaladas, sopas, pizzas, carnes, pescados y mariscos. Es buena idea iniciar con el carpaccio de res Tonnato para abrir el apetito. Para botanear algo más fresco están los ravioles con espuma de foie gras o la pizza de queso brie y hongos. Como platillo principal te recomendamos escuchar a los meseros con las sugerencias del día, pueden tener buenas opciones. Sería un error saltarse el postre, sus churros miniatura recién hechos son famosos por las diferentes salsas que los acompañan.

Bonito tiene un ambiente muy acogedor con mucha luz natural y con detalles modernos. El corazón del lugar es el patio interior pero cuenta con diversas áreas y terrazas para que vayas con tu pareja o en grupo. Si vas a precopear, pide mesa en la parte de afuera, es área de fumadores.

Además cuentan con el menú “Terapia Líquida” donde la coctelería es internacional y lo que se te ocurra lo saben preparar. Lo más pedido es la sangría, los carajillos y el maritini de fresa natural con hierbabuena y vodka.

Encontrar un sitio para poder hacer una visita con niños y comer bien es un gran reto; el área infantil les ha dado chance a las mamás chilangas de olvidarse un ratito de sus hijos mientras chismean. Desde el 2011, la propuesta innovadora de Ramón Orraca y su idea de tener una tendencia gastronómica popfood ha sido muy bien recibida.