Directo desde Monte Carlo Beef Bar llegó a México, en 2005, presumiendo su carne prime de importación. ¿El secreto?, además de la calidad certificada de los cortes (Black Angus USDA Prime), han patentado su propio horno de temperaturas altísimas que en minutos crea una costra dorada alrededor de la carne y sella todos los jugos en el interior. El filete, extremadamente suave, se deshace en el cuchillo y se derrite en la boca, su sabor directo y sedoso envuelve el paladar y es la elección más segura.

Aquellos que busquen un corte para conocedores deben ordenar el bavette, corte robusto, denso y de gusto suntuoso casi a madera. También hay que preguntar por el wagyu, la cotizada carne japonesa que se cobra por libra, y que se dice es una de las mejores por la uniformidad de la grasa y su sabor. La guarnición estrella de la casa es el puré de papa, no te vayas sin pedirlo (puede ser el que lleva habanero o el de trufa).

Además de la carne hay un raw bar, ensaladas y entradas que van de pastas a carpaccios pero para no fallar, y sacarle jugo al lugar, lo que te recomendamos es apegarte a la triada: corte, puré y vino. Y de postre, te recomendamos alguno de sus soufflés para compartir, como el de chocolate con un toque de chile, y el de cajeta con nuez caramelizada y el de frambuesas bañadas con champán. También manejan coctelería clásica, y algunos de la casa, prueba el red gin, con frutos rojos macerados, licor de granada, ginebra y un toque de soda.