En los ‘Azules’ de Ricardo Muñoz Zurita la locación es tan protagónica como el color: Azul y Oro y su vínculo con el orgullo puma de la UNAM, Azul Condesa y ahora Azul Histórico en Isabel la Católica, en la que el chef reafirma su sociedad con Gonzalo Serrano y Salomé Alvarez (ambos, ex propietarios de Ligaya).

El Azul Histórico tiene la misma carta que sus antecesores pero la experiencia varía con los detalles. El lugar es una gran terraza que por las noches tiene una iluminación muy tenue. A pesar de estar ‘al aire libre’ cualquier ruido de la calle es ajeno y algo que lo hace excepcional son las enramadas que se tejen para formar un techo de hojas.

En Azul la vajilla habla de la posición del chef: el mezcal se sirve en jícaras decoradas con motivos mexicanos y acabados contemporáneos (como el propio lugar). El menú se presenta con una disposición muy similar, cabalgando entre recetas que Muñoz ha recuperado de sus viajes con un ligero twist.

De la carta regular los moles son una tentación (hay amarillo con venado, mole negro con buñuelos de pato y res con chichilo negro). Aunque hay platos más ligeros como el tartar de sierra servido con guacamole o el salpicón de venado deshebrado con aguacate y jitomate. Al centro, no falla, una salsa tabasqueña (o como la llaman en el estado: tabaj-queña).