Amor Casero es un lugar que te transportará automáticamente a tu época de infante gracias al sabor, consistencia y color que tienen todos y cada uno de sus helados o nieves. Una vez que los pruebes será imposible no tener ese antojo de comer uno, por lo menos, una vez a la semana.

Todos están hechos con productos naturales, cero conservadores ni colorantes artificiales. Además, privilegian a los productores mexicanos; la cocoa la traen de Tabasco, la vainilla en vaina de Veracruz y la leche de cabra de la Sierra de Puebla. Aquí el helado de limón no es verde, es blanco y está hecho con limones verdes y amarillos.

Con la primera cucharada sentirás como si en verdad te estuvieras comiendo un limón, pues el sabor es intenso y frutal mas no agrio para el paladar. Además, tienen sabores poco comunes, como el de mazapán, preparado con abundantes trozos de cacahuate y avellana. Es una delicia cremosa que desearás que nunca se acabe. Y, para que te lo comas sin culpa, debes saber que ninguno de sus helados rebasa las 275 calorías por cada 100 gramos, ni siquiera el de mazapán que tiene 193.44 kcal/100 gr.

Una garantía, es que en este pequeño local siempre encontrarás sabores diferentes. La creatividad de quienes los preparan siempre está maquinando nuevas combinaciones para sorprender a los clientes. Hasta ahora tienen más de cien, y por día ofrecen 19, aunque si te enamoraste de alguno en especial, tienes la opción de preguntar por él pues lo más seguro es que lo tengan guardado en los refrigeradores. Tienen sucursales en la Condesa, Roma y Santa Fe.

Dato curioso: si buscas hacer algo diferente para una fiesta o reunión, renta el carrito que tienen para este tipo de eventos. Te darán a escoger seis sabores, y sí, dentro de su extensa lista de sabores también tienen alcohol. Por ejemplo: clericot o mezcal con naranja.