El chef Pablo Salas es el máximo embajador de la cocina mexiquense y en su restaurante Amaranta cocina platillos con productos locales orgánicos. Realiza sus preparaciones con técnicas tradicionales y reinterpreta la comida típica mexicana, para lo que utiliza carne de rana, res o puerco, del cual aprovecha desde la trompa hasta la cola.

Así entrega, por ejemplo, carpaccio de cerdo, sopa de médula y pecho de ternera, entre los favoritos del lugar. Para que los comensales puedan probar varios platillos, ofrece un menú de degustación de seis tiempos y maridaje sugerido. Su carta no es muy amplia, pero sí selecta y contiene opciones como el obispo Tenancingo hecho en casa, que es un embutido de carne de cerdo molida, sazonada con epazote, cebolla, chile guajillo y almendras tostadas, y acompañada por verduras encurtidas, manzana fresca y mostaza.

Las croquetas de huazontle y la ensalada de betabel rostizada también son muy recomendables. De postre, te sugerimos el pastel de elote y la nube de limón, que es un helado de queso acompañado como con una esponja de limón. En cuanto a las bebidas, Amaranta tiene una cava con alrededor de 250 etiquetas de vinos nacionales e internacionales, y también maneja mezcales, tequilas, coctelería clásica y destilados.

Sin duda, Pablo Salas reinventa la comida del Estado de México a través de sus platillos, él estudió en el Centro Culinario Ambrosía, pero aprendió de las cocineras de los mercados y fondas mexiquenses.