El concepto del Alto Tango pego con tubo desde la apertura de su primera sucursal en Polanco, tanto como para expandirse al sur con sus tipícos helador artesanales.La sucursal sureña tiene todos los aires pedregalinos del barrio en que se ubica, aunque en escencia la idea es la misma: comer todo el helado posible apelando a que la vida es brevísima (como para preocuparse por nimiedades como el peso).

La especialidad y gran creación de la casa es el helado de dulce de leche, cremoso, no tan empalagoso y al que puedes acompañar con otro de los tantos sabores, con plátano la combinación es afortunadísima.

Las salitas tipo lounge del lugar se prestan para que te lo comas in situ, te tomes un cafecito o hagas parada para el lunch con alguno de sus bocadillos salados.

La mejor noticia es que venden el helado para llevar y prácticamente envuelto para regalo.