Un hermoso edificio Art noveau conocido como El Parian fue rescatado de las temibles franquicias de comida rápida y ahora toma posesión de este envidiable lugar: Alekzander.

Este restaurante bar trae una propuesta europea, con muebles de anticuario (cada pieza traída desde Barcelona de acuerdo al diseño del arquitecto mexicano Jorge Campos). Las lámparas son objetos estéticos que flotan sobre tu comida y tu bebida con mucha  armonía. Las poltronas, mesas y sillas le dan a la decoración un toque retro chic que encaja con el edificio que ni pintado.

En el primer piso hay mesas de terraza donde podrá echar el cigarrito y además estarás cerca de la estrella del lugar: el horno de leña de donde salen las más variadas delicias con sabores del mundo.

En el segundo piso está la barra, bien surtida y con la variedad de cajón (vodka, tequila, ron, mezcal, whisky), pero lo que sobresale es la novedosa carta de vinos  divididos en  3 propuestas del viejo mundo (Francia, Italia y España) y 3 propuestas del nuevo mundo (Argentina, Chile y México) estos vinos solo los encuentras ahí, pues no se distribuyen comercialmente en México por la relación directa que hay con las casas vinícolas.

Si vas con ganas de un coctelito, tienes que pedir un Waya–Khan, que lleva mezcal, guayaba rosa, sábila (aloe vera), miel de agave y jamaica, lo sirven en una copa martinera adornado con una flor de jamaica fresca.

Si de comida se trata prueba el Pad Thai considerado el platillo estrella de la casa, que esta preparado con salsa tailandesa clásica, salsa de cacahuates, fetuccini y camarones, que va perfecto con una copa de vino italiano Bardollino.

Alekzander es un local de copas, con cocina casera del mundo a la carta, música bien seleccionada con clara inclinación al soul, jazz y algo de música indie.

Ideal para el precopeo o celebrar tu cumpleaños en plan tranqulio con buenos tragos, sabores de aquí y allá, todo artesanal, sin ser rebuscado, muy rico y a muy buen precio.