Su fuerte son los ceviches. Manejan un concepto de cocina latinoamericana del mar. Todos los platos están muy bien logrados, y los precios son bastante razonables. Tomando en consideración la excelente calidad de los productos utilizados y que el lugar se encuentra en una zona donde los restaurantes suelen ser caros.

Algunas de las estrellas del menú son: el ceviche peruano, compuesto por pesca del día en leche de tigre, acompañado con maíz, cancha y camote; el ceviche a la leña, pescado y camarón en salsa de chile rallado y el pescado en salsa de tamarindo, que además de la salsa de tamarindo viene con chile guajillo con jitomate, cebolla morada y chícharos sobre un cremoso risotto.

En principio el lugar estuvo pensado para ejecutivos del rumbo que buscan un lugar bonito, con servicio atento, para comer bien y de paso refrescarse con mojitos, caipirinhas y margaritas, o con alguna de las 50 etiquetas de vino que ofrecen, pero ahora también destaca su ambiente familiar.

Recientemente ha sido remodelado para darle un toque de sofisticación y hacerlo más acogedor.